tom bh
#Digital Nomad
#Meditator

La Propiedad De La Modernidad

Qué hacemos de los problemas de la modernidad? Tenemos muchas opciones, pero ninguna parecen servir.

Cuando las “naves” de la sociedad globales se hunden, las más modernas y robustas serían las últimas en romper las olas. Vería las menos afortunadas alrededor de mí jadean y se ahogan. ¿Les importa que no crea que no soy parte del problema? ¿Que a pesar de mi privilegio que intentaba cambiar el mundo? En un mil años cuándo encuentran mis huesos en los restos, ¿me contarán como uno de los luchadores contra la tiranía de capitalismo? ¿Que a pesar de mi lugar de descanso entre los afortunadas creía en un otro moda de la vida?

Al final, los beneficiarios de la modernidad son indistinguibles de sus propietarios.

Y no sólo es que en realidad soy parte del problema, pero más: el grande miedo de las naves que se hunden ya ha pasado. Aunque sé muy poco de la profundidad de Los Incas ni Los Aztecas — eran civilizaciones en lo más verdadero de la palabra — incluso menos tengo la tendencia considerar la pérdida de las multitudes de las sociedades nativas americanas una comparación digna con la pérdida de la modernidad.

¿Logramos más que ellos cierto? Nuestro éxito no tiene precedentes, así que vale la pena los sacrificios, o por lo menos tal es el mito. Me hace preguntarme, ¿qué es política progresiva? En decir que sería posible reformar nuestra sociedad, también justificamos tácitamente el mito. No quiero decir que debemos renunciar la esperanza de progreso, simplemente que me parece convenientemente fácil explotar la política de izquierda para negar ambos el hecho de la historia y nuestra dependencia de ella.

Ya estamos en las secuelas de nuestros peores temores. Por eso la gran llamada de nuestra época no es tanto la prevención del posible como la absorción del actual. La diferencia con esta tarea es que el obstáculo no es técnica ni política, es emocional y personal. No tenemos que esperar por nuevos políticos o partidos políticos.